Ibiza, la caída y el renacer del paraíso de la fiesta y el confort. Trás la pandemia de COVID 19 que asoló España en el año 2020, el paraíso blanco también se ha visto muy perjudicado por la oleada de restricciones, limitación de aforos y cierre de comercios relativos al sector del ocio nocturno.
En este artículo repasamos toda la situación vivida en la isla, desde su inicios como núcleo de celebraciones musicales y conciertos. Haremos un análisis de su situación post pandemia y hablaremos de la recuperación del ocio nocturno dos años después de la desoladora pandemia.
Echando un vistazo al mapa de Ibiza podemos ver que cuenta con gran extensión de playas de gran calidad y llamativamente fotogénicas, cóctel ideal para atraer turistas tanto nacionales como internacionales, especialmente en la época estival.
Además, Ibiza cuenta con una gran oferta de apartamentos turísticos, así como aeropuerto y puerto, lo que facilita la llegada hasta el lugar. También ofrece la posibilidad de recorrer la isla cómodamente de forma individual alquilando un coche o de contratar excursiones en barco.
Pero, sin duda, si por algo es conocida Ibiza globalmente es por su ocio nocturno, especialmente por ser la capital de la música house, la electrónica y la fiesta a nivel universal. De hecho, encontramos a dos discotecas ibicencas en el Top 5 de un ranking realizado en 2018 por la revista DJ Mag.
Pero… ¿qué ha sido de Ibiza tras casi dos años de silencio en sus grandes salas?
Que consideremos a esta isla como referente musical y de ocio internacionalmente no es algo fortuito. Si nos remontamos a los años 80, Ibiza vive sus primeras oleadas de turistas y la apertura de discotecas tan populares como Pacha, Amnesia o Club Ku. Además, contaba con playas hasta entonces no muy concurridas. En este momento, se establece una gran tradición de música en vivo en la zona, con artistas como Pink Floyd o Jimi Hendrix.
Sin embargo, a finales de esta década el turismo ibicenco sufre una gran crisis. Ante esto, con una autonomía sobre las competencias turísticas bastante reciente, Baleares restringe la creación de nuevos alojamientos vacacionales dada la decreciente demanda.
Es en este momento cuando la isla mejora drásticamente la calidad de sus servicios, pasando de hoteles de dos y tres estrellas, populares entre bohemios y rockeros, a hoteles más lujosos, buscados entre turistas con mayor poder adquisitivo. Esto atrajo al perfil de turista que genera tanto dinero para la isla hoy en día.
Por otro lado, ya en los 2000, tras el triunfo de la electrónica en América, se introduce este género en Ibiza, que poco a poco va perdiendo su predisposición por el rock. Esta sucesión se acentúa aún más cuando la ley de la isla los obligó a colocar limitadores de ruido en los equipos de sonido.
Así, se vio dificultada la ejecución de la música rock en directo, mientras que estilos como la electrónica se vieron favorecidos. Desde entonces, los DJs más demandados del mundo han pasado por los clubs y escenarios ibicencos.
Desde que el Covid-19 se expandió por España en 2020, no han sido pocos los cambios producidos y, claramente, el ocio nocturno ibicenco se ha visto fuertemente afectado por ellos. Por ejemplo, se restringió el aforo y se prohibió la apertura de locales de más de 300m². Ante esto proliferaron las fiestas ilegales, que resultaron en numerosas peticiones de los empresarios a las autoridades para conseguir cambios legales que acabaran con la “falta de control” que estas suponían.
Ya en el verano de 2021, la isla mantuvo su status turístico, siendo uno de los lugares con menos caída de visitantes con respecto a 2019, a pesar de tener sus grandes discotecas cerradas.
Aun así, no son pocas las pérdidas económicas que estos años han supuesto para el ocio ibicenco, por lo que el Gobierno propuso ayudas estatales de hasta 855 millones de euros. Sin embargo, estas ayudas tardaron más de 16 meses en llegar a los empresarios de la isla tras ser aprobadas.
Sin embargo, habiendo facturado solo un 11% con respecto al mismo mes de 2019, estas ayudas se consideran insuficientes, pues no cubrieron más que un 12,5% de las pérdidas acumuladas por estas empresas.
Según el ranking The World’s 100 Best Clubs llevado a cabo por la International Nightlife Association en 2019, España es el país en el que más discotecas cuentan con un reconocimiento a la excelencia del ocio nocturno. Así, un total de 22 clubes están reconocidos en este ranking, de los cuales 9 se encuentran en Ibiza.
Estos datos muestran la calidad y el reconocimiento de las fiestas de la isla, destacando clubes como Hï Ibiza, Ushuaïa Ibiza Beach Hotel, Pacha Ibiza o Ibiza Rocks. Este tipo de discotecas y salas de fiesta generan una gran cantidad de dinero.Concretamente en 2015, el grupo Pacha facturó solo en Ibiza 35,15 millones de euros, suponiendo casi la mitad de los ingresos totales de este grupo de discotecas.
Sin embargo, con la llegada de la actual pandemia, las noticias sobre la desesperada situación de los dueños y trabajadores de estas salas se convirtieron en algo habitual, pues se calcula que hasta el 35% de la población local vive gracias a los ingresos que genera el recreo noctámbulo de la zona, especialmente de las discotecas. En otras palabras, el ocio supone el 35% del PIB de la zona y genera hasta 770 millones de euros, según la Universidad de les Illes Balears.
Durante año y medio, esta ruidosa y fiestera isla quedó en completo silencio debido a la dificultad de conciliar las medidas de contingencia del virus con el desenfreno y la multitud reunida en estos lugares.
Además, el aumento de fiestas ilegales hizo crecer la incidencia de Covid local, resultando en una ampliación continua del período de suspensión del ocio nocturno ibicenco, afectando gravemente a la economía del lugar.
Finalmente, para el verano de 2021, se consiguió que el Govern aprobara su reapertura, aunque bajo medidas excepcionales, como aforo reducido al 60-75% o la necesidad de mostrar el pasaporte Covid, demostrar una recuperación o contar con un test negativo reciente. Así, afirmaban los dueños de estas salas, no tendrían ganancias pero dejarían de acumular pérdidas.
Durante este período de pandemia plenamente marcado por la incertidumbre, especialmente en la segunda mitad de 2020, hasta el 50% de los locales de ocio nocturno estaba en alto riesgo de quiebra.
Aun así, las salas de fiestas de renombre han logrado sobrevivir a las dificultades económicas provocadas por el virus. Las pérdidas producidas por el Covid-19 siguen siendo inmensas, pero el turismo nocturno vuelve a Ibiza a lo grande. Es más, la mayoría de los clubs tienen pensado abrir dos semanas antes de lo habitual.
Por ejemplo, Pacha Ibiza recupera su fiesta Flower Power y, además, contará con la actuación de Maluma todos los martes de julio de este verano. Amnesia, otra de las grandes salas, ya ha anunciado la programación de una Opening Party por todo lo alto para este 2022, al igual que ha ocurrido con Ushuaïa, Lío, Es Paradis, Hï, Ibiza Rocks o DC10, entre muchas más.
De hecho, se prevé que este verano el turismo ibicenco vuelva a la normalidad, aunque apostando por un turista de mayor calidad de lo que se ha venido haciendo algunos años atrás. Es más, la isla tiene intención de realizar cambios progresivos para que el turismo sea menos invasivo con el lugar y sus habitantes y camine hacia la sostenibilidad.
Con la temporada de verano recién empezada, y siendo esta la más fuerte del año, ya se puede apreciar un gran descenso en la tasa de paro de la isla, siendo el sector servicios el que más nuevos empleos ha generado. Esta situación es bastante destacable, pues en 2020 fue el sector en el que más puestos de trabajo se perdieron.
En febrero de 2022, en esta isla Pitiusa se registró la tasa más baja de parados en los últimos 14 años, situándose como líder de la reducción del desempleo interanual, junto a Canarias, a nivel nacional.
En resumidas palabras, tras un periodo muy difícil para la isla, las previsiones actuales para la economía de Ibiza son más que favorables, habiéndose recuperado prácticamente la normalidad en el desarrollo de las discotecas y pubs. Aun así, muchos locales tratan de tomar medidas para conseguir un turismo paulatinamente más sostenible a la vez que siguen recuperándose de una época muy complicada a nivel global.